Bienvenidas, bienvenid@s a los que os habéis incorporado de manera efectiva como soci@s a nuestra “soci”. Del latín socĭus, -soci@ es el individuo que se une a otro para desarrollar algo en conjunto. Las personas que se vinculan con un objetivo en común (es decir, que se asocian) forman una sociedad.
Gracias por este bello gesto y bienvenidos a este pequeño gran espacio para los sueños. Esta nuestra soci, lo que ahora somos, lo que tenemos, es gracias a otros y otras que estuvieron antes, que lucharon, promovieron, y actuaron para mejorar nuestro barrio.
Para empezar, como ejemplo, el local que os alberga, fue ocupado por vecinas y vecinos a principios de los 90 dando vida a un espacio que estaba en desuso y vandalizado. Una de las herencias que os decía, que hemos recibido de las reivindicaciones pasadas es precisamente el Centro de salud Monovar. Su existencia ya fue posible gracias a las gentes que entonces y desde aquí se movilizaron. Como veis, ya desde el comienzo, nuestra historia está entrelazada. Y a partir de ahí, durante los más de 30 años de existencia del centro de salud, su historia y la del barrio de Manoteras, ha seguido imbricada.
Nosotros hemos recibido vuestro cuidado y vuestro mimo. Habéis conocido y recibido nuestros dolores, nuestros males, nuestras angustias, nuestras ansiedades, nuestros momentos límite física y mentalmente. Nos habéis conducido para mejorar nuestro bienestar, nuestra calidad de vida. Pero también nos habéis acompañado en los momentos más felices de nuestra vida. Nos habéis acompañado desde el primer día que tuvimos a nuestr@s hij@s. Los pediatras, nos habéis enseñado a cuidar y alimentar a nuestr@s pequeñ@s. Todos guardamos esas tarjetitas en las que se apuntaba el peso y veíamos aumentar 100, 200, 300 gramos en cada visita. Seguimiento del niño sano, un tesoro de las políticas de prevención y de educación para la salud.
También destaco el seguimiento de nuestros mayores, cómo ajustáis las medicaciones, cómo nos indicáis la pertinencia o no de acudir a una urgencia, cómo nos ayudáis a hacer que su vida sea larga y de la mayor calidad posible.
Pero volvamos a lo acaecido en estos días. El pasado día 19 de enero, os abrimos las puertas de este local, y ese día comenzó el “tsunami”. Dejando aparte el motivo del encierro y su reivindicación y defensa del sistema público de salud, que es el asunto central, este encierro está suponiendo un espacio de conocimiento humano, de apoyo mutuo, de intercambio, de vinculación, de generación de comunidad.
Día a día nos habéis mostrado como es vuestra situación laboral y cuales son vuestras reivindicaciones. Pero también desde que comenzó el encierro, hemos recibido un tesoro inesperado: Nos habéis abierto vuestro corazón, nos habéis mostrado vuestra vulnerabilidad, vuestras emociones, vuestros sentimientos de angustia e impotencia, vuestras dificultades de conciliar trabajo y familia, vuestro día a día de superación para no ceder a la tentación de abandonar, de marchar, de renunciar, para mantener el nivel de calidad necesario para atendernos, la lucha por mantener vuestra vocación.
Gracias por todo lo que nos habéis cuidado como profesionales. Gracias por compartir con nosotros todo lo que estáis viviendo como seres humanos. Gracias a la Atención Primaria.
Somos socios. Lo éramos desde hace mucho tiempo.